Artículo: La respiración consciente y su influencia en las emociones
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LA RESPIRACIÓN CONCIENTE Y SU INFLUENCIA EN LAS EMOCIONES
Escrito por: Roxana Zermeño
Nuestro cuerpo realiza múltiples funciones vitales que nosotros, a voluntad, no podemos controlar: la digestión, los reflejos, la circulación de la sangre, los latidos del corazón, respiración. El proceso de respiración inconsciente, se activa a los pocos segundos de que nacemos, en cuanto venimos al mundo empezamos a respirar y no hemos parado desde ese día. Es un acto ordinario, mecánico, que puede ser involuntario o voluntario (hasta ciertos márgenes), y pocas veces nos detenemos a pensar en él.
Pero, con todo, es fácil percibir cómo la respiración cambia dependiendo de nuestro estado de ánimo o emociones. Pensemos, por ejemplo, cuando nos enojamos o asustamos, cómo las inhalaciones y exhalaciones son entrecortadas, más breves; la frecuencia se acelera. Para “bajarnos” el susto o el enojo hacemos un alto en nuestra respiración, y tratamos que sea más profunda, consciente, llenamos los pulmones sintiendo cómo el aire expande nuestro pecho, entra y sale por la nariz. Entonces, nos sentimos más calmados, somos capaces de pensar las mejores respuestas; esta forma consciente de controlar nuestro proceso de respiración tiende a evitar las reacciones apresuradas, incluso violentas.
Otro ejemplo es cuando nos reímos mucho, a carcajadas, el aire entra a nuestro cuerpo en grandes cantidades, llenando nuestros pulmones. Cuando terminan las carcajadas, podemos tener la sensación de plenitud, una relajación placentera. También en este momento, la emoción placentera provocada por la risa nos llevó a un estado de ánimo más positivo. Las explicaciones fisiológicas nos dirán cuál es la razón, incluso evolutiva, por la que sucede esto, pero solo basta con poner un poco de atención a nuestra manera de respirar para influir conscientemente en la forma de vincular la respiración con las emociones y la mente.
Desde la antigüedad algunas prácticas mentales, religiosas y filosóficas, como las orientales, han evidenciado cómo la respiración se relaciona con el estado mental y emocional de los individuos. Pensemos en la forma de respirar en ese tipo de tradiciones que se repiten y repiten haciendo que los practicantes entren en un estado donde tales procesos de respiración provocan la calma, la relajación necesaria para sentir la espiritualidad, la gracia que se busca. Cuando somos conscientes de las inhalaciones y exhalaciones, del aquí y ahora de nuestro cuerpo y de nuestras emociones, se logra un estado de relajación y concentración que de otra forma sería difícil alcanzar.
En la actualidad, en diversos enfoques que buscan el desarrollo personal se promueve la respiración consciente, puede ser una donde los movimientos involuntarios como inhalar y exhalar se prolonguen, se detengan o se apresuren. Esta es una manera activa de modificar la respiración. Otras técnicas recomiendan poner atención a los movimientos, se trata enfocarnos en observar cómo respiramos, sin hacer ninguna modificación; también aquí se entra en un estado de relajación, porque las frecuencias de exhalación e inhalación bajan, lo que provoca que nuestras emociones y pensamientos disminuyan su ritmo también.
Disponer nuestro cuerpo para la aplicación de la técnica de respiración ayuda en la concentración; sentados, acostados, incluso parados, nuestro cuerpo sincronizará las sensaciones con la mente. Respirar a voluntad o a conciencia nos permite generar sensaciones como la tranquilidad, la lucidez, un estado despierto y de calma. El cerebro se oxigena mejor. Esta tranquilidad nos permite pensar de manera clara, tomar decisiones, aprehender nuevos conocimientos o simplemente reconocer los que ya tenemos.
En algunos programas para el cuidado de la salud mental, por ejemplo, para ponernos “a disposición”, se nos recomienda llevar a cabo un ejercicio de respiración, porque a través de este y la técnica elegida podemos crear nuevas visiones y percepciones, modificar actitudes y comportamientos que son perniciosos. La respiración básica y avanzada que se utiliza en las técnicas mentales de PAS, es un ejemplo comprobado de cómo el cerebro y la mente aprenden y configuran nuevos patrones para ser más conscientes y lograr nuestras metas.