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EL DESARROLLO EMOCIONAL Y LAS REPETICIONES
Escrito por: Roxana Zermeño
A los niños les gusta ver la misma película o la misma caricatura una y otra vez, o escuchar la misma canción tantas veces como sea posible, ¿por qué?, ¿cuál es el efecto que tiene la repetición en un niño de tres o cuatro años, por ejemplo? Y sin embargo, las repeticiones no desaparecen en la adultez o en la juventud, de hecho, somos seres que repiten situaciones, dinámicas, comportamientos, reacciones. Por otro lado, repetir en ocasiones sirve para estudiar y aprender algo nuevo, o para relajarnos y sentirnos seguros.
Hemos visto en el cine cuando algún personaje se encuentra en una situación extrema, por un ataque de asma o debe esconderse del villano, entonces, para calmarse comienza a repetir oraciones cortas o frases breves que logran tranquilizar la mente y el cuerpo: “todo está bien, todo está bien, todo está bien” o “esto también pasará, esto también pasará, esto también pasará”. El personaje, luego de repetir una breve serie de palabras, provoca que su presión arterial baje, que los músculos se distiendan, que sus ideas sean más claras y, entonces, pedir ayuda, en caso del asma, o decidir cómo esquivar al villano. Lo hemos visto en el cine, pero seguramente también lo hemos practicado en más de una ocasión.
Las repeticiones nos pueden ayudar en situaciones extraordinarias, pero también las llevamos a cabo de manera consciente, en un estado de relajación, con un objetivo definido. Algunas técnicas para el autocuidado de la mente recomiendan hacer repeticiones con mensajes concretos. La persona se repite una y otra vez una idea, una frase, una afirmación, luego como si fuera una llave que abre, las palabras dichas abren nuevos canales, cambian las rutas del comportamiento, nos dan confianza. Otras técnicas nos dicen que escuchemos un audio varias veces (un número definido de repeticiones) para el beneficio de la salud mental.
Pensemos cuando comenzamos a escribir, cuando aprendimos a agarrar el lápiz, presionarlo sobre la hoja, trazar las letras. Todo lo hacíamos lento, torpemente, incluso, quebramos la punta del lápiz algunas veces. Pero, con la repetición nuestros dedos, la mano, el brazo, todo, se hicieron más ágiles para llevar a cabo un ejercicio que nunca antes habían realizado. Algunas personas tienen una caligrafía preciosa, otras escriben rápido, sin tropiezos. Lo mismo sucede con la mente y las repeticiones. Al principio puede haber reticencia a nuevas palabras, a hablarnos a nosotros mismos, a crear imágenes donde hacemos cosas distintas y actuamos diferente a lo que siempre hacemos o imaginamos de nosotros mismos; hay aversión de escuchar una voz en un audio que nos dice que cerremos los ojos y nos guie a un estado mental que desconocemos.
Del mismo modo en que el cuerpo desarrolla habilidades tras las repeticiones, la mente lo hará en los canales emocionales que hemos trazado a lo largo de nuestra vida. Es decir, si una persona tiene pensamientos negativos cuando sus hijos salen de casa, cree que les ocurrirá algo malo cuando estén lejos de su vista, con otras personas, es un canal emocional por el que está acostumbrada a transitar, es el “lugar” emocional que conoce. Pero, si elige llevar a cabo un programa con técnicas mentales, seguramente se le invitará a cambiar de canal, a optar conscientemente por otro lugar emocional. Aunque, aquí debemos admitirlo, no siempre sale a la primera. Habrá que repetir las instrucciones de la técnica varias veces, según lo recomiende el experto, con en los programas de PAS. Cada vez que los hijos de esta persona salgan de casa, ella, por ejemplo, pondrá el audio de la técnica mental para atenuar emociones negativas, y escuchará la guía que se le propone para así crear nuevos canales emocionales, para transitar por ellos, para conocerlos y que le sean cada vez más familiares. Un día, esta persona al despedir a sus hijos cuando estos salgan, ella se sentirá segura y confiada en que estarán bien y volverán más tarde a casa.
En síntesis, nuestro desarrollo emocional también implica conocer nuevas rutas y lugares por donde transitar en cuanto a emociones, reacciones, sentimientos. Una guía para caminar esos caminos inhóspitos son las repeticiones óptimas, como las que nos proponen las técnicas de PAS.